
La verdadera historia de la familia Puccio


Los Puccio era una familia que vivía en San Isidro, tenían un local de artículos de deportes náuticos en la planta baja de su vivienda, ubicada en Martín y Omar al 500. También eran dueños de un bar que funcionaba en el edificio de al lado. A Arquímedes, jefe de la familia, se lo veía permanentemente barriendo la vereda, a cualquier hora. Le decían "el loco de la escoba".
En ese momento Arquímedes era contador. Su esposa Epifanía profesora de matemática y de contabilidad. Alejandro, el mayor, tenía 26 años y era wing del CASI. Silvia estudiaba artes plásticas y tenía 25. Maguila tenía 23 y jugaba al rugby pero no como su hermano. Guillermo tenía 20 también rugbier y Adriana, 14.
Crónica de una historia oscura
La historia de la macabra familia de San Isidro que secuestró a cuatro personas, matando a tres de ellas, ocurrió en la década del 80. Pero, desde que se cumplieron 30 años de los crímenes cometidos por los Puccio, muchos recordaron los drámaticos hechos y otros, como los más jóvenes, conocieron lo sucedido.
Todo comenzó en 1982 con el secuestro del deportista Ricardo Manoukian, un conocido de Alejandro Puccio, hijo del jefe del clan. Un 22 de julio de 1982 cuando volvía del trabajo y conducía hacia su casa, Ricardo frena su auto (porque se cree que vio a Alejandro). Tres tipos se bajan de un Ford Falcon, lo sacan de su auto y lo suben a una combi. Desde ese día comienza el calvario de Ricardo. Lo encierran en el baño del segundo piso de la casa de los Puccio, hasta el día en que cobran el rescate.
Por su vida, los Puccio solicitaron un rescate de US$ 250.00. El Clan consiguió cobrar el rescate a través de llamadas extorsivas y luego de un sistema de postas. Pero no cumplió su parte del trato. El joven no volvió y tiempo después, fue encontrado el cuerpo con tres disparos en la cabeza. La versión oficial dice que a Ricardo lo mata Laborda, pero se cree que en la ejecución hubo un ritual perverso, en donde lo mataron entre Alejandro, Laborda y Puccio.
Pero el accionar del Clan no terminó ahí. Se repitió menos de un año después, el 5 de mayo de 1983, con el ingeniero y jugador del San Isidro Club (SIC) Eduardo Aulet. El secuestro tuvo otro hombre clave: Gustavo Contepomi, un amigo de la familia que hacía changas. La forma en que lo secuestran no varía en relación al secuestro anterior: Contepomi le hace señas a Aulet y finge un encuentro casual. Contepomi está con Fernández Laborda, a quien presenta como un amigo. Finalmente lo secuestran y lo llevan a la casona de los Puccio en San Isidro, al igual que hicieron con Ricardo.
El Clan decide matarlo y lo llevó en el auto de Franco hacia General Rodríguez. El pozo para el cuerpo lo hace Herculiano Vilca, el albañil que había refaccionado el sótano de los Puccio. Aulet está en el baúl del auto y Díaz es quien le dispara. Mientras tanto la familia decide pagar el rescate sin tener pruebas de vida por lo que entregaron 100 mil dólares. Los secuestradores armaron un sistema de postas para que la familia deje el dinero. Los familiares esperaron por Aulet pero él nunca apareció.
Luego, el 22 de junio de 1984, la nueva víctima fue el empresario Emilio Naum, dueño de McTaylor. Naum sale de la puerta de su casa en su BMW. En el camino hacia el trabajo Arquímedes le hace señas, a su lado está Laborda. Una vez en el auto, por la espalda Laborda le encadena el cuello. Naum se resiste y finalmente Laborda le dispara.
Un mes después del crimen, Alicia, esposa de Naum revive la pesadilla, debido a que Puccio llama exigiendo el pago de una deuda de su esposo fallecido (350 mil). Alicia llama a la policía e intentan atraparlo. Sin embargo, no lo logran y la esposa del fallecido junto a sus hijas decide dejar el país. Al día siguiente, toma un avión con sus hijas a Río de Janeiro. Nadie sabe de su exilio, pero en su casa, una empleada doméstica atiende el teléfono y del otro lado le ponen música brasilera.
La última víctima del Clan fue la empresaria Nélida Bollini de Prado de 58 años, en 1985. En este secuestro participa “Maguila” quien vuelve de su viaje en Australia. La secuestran la tarde del 23 de julio de 1985, a una cuadra de su casa. A la mujer la esperaba una celda casera en el sótano.
Puccio se encargaba de las llamadas y de definir los tratos. Los hijos de Prado llaman a la policía y realizan todo los tratos con el asesoramiento de la misma. Al final se arregla un pago de 250 mil dólares. El día acordado es el 23 de agosto de 1985, frente a la cancha de Huracán. Los encargados de buscar el dinero son Puccio, Laborda y Maguila. Pero no llegaron lejos. Un grupo de policías los rodeó. Al mismo tiempo, un grupo de policías armados irrumpió en el caserón de Martín y Omar 544. Epifanía y sus hijas estaban de viaje. Alejandro y su novia miraban una película. Los policías bajaron al sótano y encontraron a Bollini encadenada.
Puccio y sus hijos, Alejandro y Daniel, niegan todo. Su esposa Epifanía y su hija Silvia son detenidas, pero las liberan por falta de pruebas. Los demás secuestros se descubrieron por las declaraciones de Contepomi, el entregador de Aulet. Cuando lo detienen, Contepomi cuenta todo. Los investigadores comprueban que lo de Manoukian es cierto porque cuando apareció el cuerpo flotando en el río, había una máquina de escribir que era de Puccio. El caso de Aulet lleva su tiempo, su cuerpo es encontrado en General Rodríguez en 1987, debido a que Vilca y Díaz también confiesan. Los integrantes del Clan que cumplieron parte de su condena fueron: Arquímedes, Alejandro, Contepomi (quien murió en la cárcel), Díaz, Franco y Laborda. Daniel escapó, Vilca salió al poco tiempo de ser detenido.
La vida después de El Clan
Tras ser detenidos los integrantes del clan, Alejandro saltó con sus manos esposadas desde el quinto piso de los tribunales porteños durante un traslado y si bien sobrevivió, las lesiones le complicaron su estado de salud mientras estuvo en prisión, condenado a reclusión perpetua.
Por su parte, Arquímedes fue condenado en diciembre de 1995, también a reclusión perpetua, y a partir de 2002, a raíz de su avanzada edad, fue beneficiado con prisión domiciliaria, pero en 2004 lo enviaron a una cárcel de La Pampa luego de que se comprobó que salía de su casa. Falleció el 3 de mayo de 2013 como consecuencia de un Accidente Cerebro Vascular (ACV).
Mientras que su hijo "Maguila" (54) estuvo detenido sólo hasta 1988 y en 1999 recibió una sentencia a 13 años de cárcel sólo por el secuestro de Bollini de Prado, pena que jamás cumplió porque desde entonces permaneció prófugo -aparentemente por Nueva Zelanda y Brasil- y debido al tiempo transcurrido la misma finalmente prescribió.
Epifanía Ángeles Calvo, esposa de Arquímedes y madre de los hermanos Puccio, pasó dos años detenida. Fue liberada en octubre de 1987. Estuvo procesada, pero nunca fue condenada. Una sala de la Cámara del Crimen consideró que no había suficientes pruebas contra ella. Dejó de vivir en San Isidro.
Por su parte, Silvia Puccio aunque fue sospechada logró ser absuelta por falta de pruebas. Estudiaba artes plásticas y tuvo dos hijos. Murió de cáncer en 2011. Por otra parte, la Justicia comprobó que Adriana y Guillermo, los hijos menores del Clan, no tuvieron ninguna participación en los secuestros.
El caso de los Puccio fue uno de los más resonantes de la historia policial argentina y en los últimos meses volvió a atraer la atención de la sociedad a través de las artes y la ficción.
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